Lágrimas del alma
Querido diario, hoy por primera vez después de mucho tiempo he sentido la necesidad de escribir de nuevo, de contar contigo en un momento que no es nada fácil para mi. Siempre me has ayudado, tal vez porque con tu silencio devolvías a mi corazón unos sentimientos que surgían del alma y pasaban por mis manos, a veces temblorosas por el miedo, otras enérgicas por la euforia y otras pausadas por la tristeza.
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